miércoles, 15 de julio de 2015

Murnau y su cráneo robado. Sí Nosferatu levantara la cabeza ...

El mausoleo número 22 del cementerio de Stahnsdorf, en las cercanías de Postdam de Berlín, constituye una visita obligada para los amantes del cine que llegan al idílico cementerio construido en la mitad de un bosque para rendir un homenaje a Friedrich Murnau, el célebre y genial director alemán de la inolvidable película Nosferatu, estrenada en 1922, y joya del cine expresionista.



Los restos del director de cine descansaban en el panteón familiar desde 1931, año en que falleció en un accidente de tráfico en Santa Mónica, California, en Estados Unidos. Murnau se mudó a vivir a Hollywood en 1926, donde dirigió el drama Sunrise con la que ganó tres premios Oscar en la primera ceremonia de los premios de la Academia.


Sin embargo, el famoso mausoleo se convirtió esta semana en el centro de atención de la policía alemana y de las autoridades del cementerio.
 El motivo: un hecho criminal descubierto por casualidad por el responsable del cementerio, Olaf Ihlefeldt. 
Durante un recorrido de inspección regular, el empleado observó que la puerta del mausoleo estaba forzada.

Los ladrones dejaron intactos los ataúdes de los hermanos de Murnau que se hallaban en el mismo panteón. La policía de Berlín no descartó que se tratara de un ritual ocultista, por encontrar restos de cera alrededor de la tumba principal.

Friedrich Wilhem Murnau (1888-1931) es considerado uno de los cineastas más importantes del cine mudo. Influenciado por el expresionismo, dotó al séptimo arte, todavía en una fase inicial, de una nueva estética.


En su filmografía, además de la laureada “Nosferatu, una sinfonía del horror” (1922), figuran “El último hombre” (1924) o la versión cinematográfica del “Fausto” de Goethe que se estrenó en 1926.


ST!!!!!