Con la llegada del sintetizador de Robert Moog, el theremin pasó a un segundo plano hasta que en los años noventa revivió en una segunda juventud gracias al documental Theremin: An electronic odyssey que lo acercó a muchos músicos y grupos de la época como The Rolling Stones o Led Zeppelin que se arriesgaron a introducirlo en sus composiciones, como por ejemplo, la envolvente canción "Whole Lotta Love", de Led Zeppelin; la buenrrollista "Good Vibrations", de los Beach Boys; o los álbumes Between the Buttons y Their Satanic Majesties Request, de los Rolling Stones.
Los amantes del cine no habrán olvidado la lisérgica música que sonaba en Recuerda, de Alfred Hitchcock, cada vez que el personaje interpretado por Gregory Peck se sumergía en unos raros pensamientos tras ver el color blanco. Las partituras de estas canciones y muchas más se deben mucho a Clara Rockmore, virtuosa del instrumento que aparece en todas esas composiciones.
Aún siendo un prodigio del theremin y haber tocado con las filarmónicas de Toronto, Filadelfia y NuevaYork, Clara Rockmore no grabó un disco hasta que tuvo 66 años de edad. Lo hizo en 1977 y se llamo «The Art of Theremin».
A pesar de tratarse de uno de los instrumentos más difíciles de tocar ya que no tiene referencias en las que afinarlo, Clara Rockmore logró dominarlo a la perfección y abrir el camino para convertirlo en el pionero de la música moderna.
Se cumplen 105 años del nacimiento de esta genial artista. Y desde el Kiosko lo celebramos recordándole por siempre, larga vida al theremin !!!.
ST!.
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