jueves, 25 de junio de 2015

Delhi Purpple Saphire y Edward Heron Allen. La joya " triplemente maldita".

 Peter Tandy, conservador del Museo de Historia Natural de Londres, realizaba en el año 1970 un inventario de los depósitos de minerales del museo, encontrando entre ellos una gran amatista rodeada por un anillo de plata grabado con símbolos astrológicos y palabras mágicas, al que se habían unido otras dos gemas talladas en forma de escarabajo egipcio (Aclaramos que se trata de una amatista y no de un zafiro como dice la definición del mismo).



Lo más curioso era la nota que la acompañaba. Había sido redactada por Edward Heron-Allen, un conocido escritor y afamado científico que había sido su último propietario, y en ella afirmaba rotundamente que la gema estaba "triplemente maldita y teñida con la sangre y el deshonor de todos los que la habían poseído". 


Había sido llevada a Gran Bretaña por el coronel de caballería W. Ferris después de que hubiera sido robada del templo de Indra en Cawnpore (India) durante la revuelta hindú de 1857 y "desde el día que fue suya, se convirtió en un desgraciado perdiendo salud y dinero" y lo mismo le ocurrió a su hijo cuando la heredó.
La piedra llegó a Edward Heron-Allen en 1890 e inmediatamente comenzó a sufrir toda clase de desdichas, hasta el punto de que se la regaló a un amigo que se había interesado por ella y que no creía en la maldición, aunque no tardó mucho en devolvérsela después de "ser abrumado por todo desastre imaginable".

Después se la entregó a una amiga cantante "que perdió la voz y nunca más volvió a recuperarla". Desesperado, Heron-Allen la arrojó al Regent 's Canal, creyendo que de este modo se desharía de ella para siempre. Para su sorpresa, tres meses después se presentó en su domicilio un tratante para devolverle la gema de la que sabía que era propietario, después de comprársela a un dragador que la había recuperado del fondo del canal. En 1904 Edward no pudo aguantar más. Al creer que la gema estaba afectando a su hija recién nacida, la protegió mágicamente, la depositó dentro de siete cajas y dio instrucciones a sus banqueros para que la guardaran hasta el día de su muerte. La carta de Heron-Allen concluía diciendo: "Cualquiera que abra las cajas leerá esta advertencia, y después hará con la gema lo que considere oportuno. Mi consejo es que la arroje al mar". Su propia experiencia le sirvió para escribir "The Purple Sapphire"  recogido en su colección de relatos sobrenaturales y publicado en 1921.



Heron-Allen murió en 1943 y su hija, Mair Jones, lo donó al museo. El nieto de Heron-Allen, Ivor Jones. siempre se negó a tocar la piedra: "Mi madre nunca lo hizo y nos recomendó que tampoco lo hiciéramos a causa de la maldición", reveló a propósito de ello.

En el año 2000, John Whitakker, responsable del departamento de Micropaleontología del museo, llevó la joya a la primera reunión anual de la Heron-Allen Society. Mientras volvía a casa acompañado de su esposa, sucedió lo siguiente, según su propio relato. "El cielo se puso de repente completamente negro y nos vimos atrapados en medio de la más espantosa de las tormentas. Pensamos abandonar el coche y salir corriendo mientras mi mujer gritaba: '¿Por qué tuviste que traer esa maldita cosa?' ...




En fin, otra piedra más que se une a nuestra colección de magníficas historias. Espero que la hayáis disfrutado y no olvidéis visitar el Museo de Historia Natural de Londres pues encierra otras muchas y grandes leyendas.

 Horario : 10:00 a 17:50. ( De lunes a domingo ininterrumpido ).

ST!


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