lunes, 21 de abril de 2014

Cementerio de San Fernando Sevilla, Aníbal González y el Cristo del Cachorro.

Empiezo este post acordándome de aquellos años en los que estudiaba Medicina en el Instituto Anatómico y Forense de la Macarena y cierto profesor que llegaba tarde a sus clases nos veía despejar nuestros pupitres dirigiéndonos a la puerta de salida del aula... pues bien; este caballero se pronunciaba siempre de esta manera;  "señores y señoras a dónde creen que van, al Cementerio de San Fernando, a velar mis restos, pues no, todavía estoy aquí..."




Aníbal González Álvarez-Ossorio.

Es el principal referente del regionalismo andaluz de principios del siglo XX.
Le marca un estilo ampliamente reconocido, principalmente, por el típico ladrillo rojo que usa como protagonista en la mayor parte de sus obras y que le identifica como marca inconfundible a la par que sello personalísimo.

Son muchas las obras a lo largo y ancho de Sevilla, destacando por su belleza y grandiosidad la Plaza de España que constituye el principal monumento de la Exposición Iberoamericana de la Sevilla del 29. 
No me olvido del Museo de Artes  y Costumbres ubicado en el parque de María Luisa y la Capilla del Carmen situada al final del famosísimo Puente Triana, entre otras maravillas.



 

 

 
 Es el "culpable" de que el azahar inunde nuestros sentidos todas las primaveras, puesto que fue este arquitecto y no otro el que pensó en la distribución de árboles y jardines en la ciudad de Sevilla, dándole protagonismo a los naranjos como árbol principal.


Aunque podríamos seguir hablando de Aníbal González artista, hoy nos referimos a su persona en cuestiones diferentes. Hablamos del Cementerio de San Fernando y de su panteón familiar.



   
 

Hay una leyenda en torno al Cristo que se observa dentro del panteón a través de las rejas. 
Una historia que marca como protagonista al venerado Cristo del Cachorro.

<<En el mes de febrero del año 1973 hubo un incendio en la trianera Capilla del Patrocinio, quemando por completo a la Virgen y destruyendo los miembros inferiores de la maravillosa escultura del Cristo de la Expiración que fue posteriormente restaurada, sin llegar a conseguir el gran éxito que se proponían los maestros restauradores dadas las circunstancias que exponemos y dada la leyenda que relatamos.
Dentro del Panteón de Aníbal González y familia existía una reproducción del Cristo del Cachorro, una reproducción enormemente fiel.
Cuando ocurrieron los hechos mencionados se cree que se hizo un cambio. 
Cuentan que en una noche fría y lluviosa del mes de marzo del 1973, alguien entró en la capilla fúnebre, cambiando el original por la copia.
Evidentemente la familia del arquitecto niega esta historia, atribuyendo al suceso marca de leyenda. Sin embargo son muchos los sevillanos los que creen en esta versión y visitan el panteón para venerar al que creen el verdadero y milagroso Cristo de la Expiración>>.

 

Juzgad por vosotros mismos.
 





 

ST!

 


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