martes, 12 de abril de 2016

De cómo Valle Inclán perdió su brazo. La historia del estofado.


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El 24 de julio de 1899, en una discusión en el Café Nuevo de la Montaña, ubicado en la planta baja del Hotel París, situado en la Puerta del Sol, 2, el periodista Manuel Bueno Bengoechea le causa una herida en un antebrazo a Don Ramón del Valle Inclán que termina gangrenándose y se hace necesaria su amputación

Valle-Inclán y su amigo Manuel Bueno discutían sobre la legalidad de un duelo que iba a celebrarse debido a la minoría de edad de uno de los duelistas. Llegaron a agredirse, Valle-Inclán con una botella de cristal y Manuel Bueno con un bastón.

La herida se gangrenó y el 12 de agosto de 1899, el médico y cirujano Manuel Barragán y Bonet le amputó dicho brazo. Ramón Gómez de la Serna, que no fue testigo de la escena, tiempo después convertiría el episodio en material literario pintoresco. 

Según cuentan la entereza de Valle-Inclán fue tal, que durante la operación del doctor Barragán, estuvo despierto y se desmayó sólo una vez, siendo conocido que casi al final de la operación sugiere a los asistentes deseos de fumar, y durante los últimos instantes se fuma un habano, haciendo ascender al techo grandes volutas de humo. 


Valle-Inclán tenía entonces treinta y tres años. A partir de este momento,  la imagen de manco se hace mítica. Algunos amigos deciden organizar un festival y conseguir fondos para comprarle un brazo ortopédico, estrenando en el Teatro Lara, el 19 de diciembre de ese año de 1899 su obraCenizas: Drama en tres actos, con dirección del propio Valle-Inclán. La siguiente vez que se encuentra con Manuel Bueno le estrecha la mano. Tras el incidente regresa a vociferar a los cafés, al mismo tiempo que la manquedad le hace olvidarse de sus pretensiones de ser actor de teatro.


Sin embargo, es otra la historia, la narrada por Valle Inclán sobré la pérdida de su brazo; en una ocasión, en el café Gijon, brinda  a los presentes tras la insistencia de la audiencia por conocer cómo y cuándo quedó manco de su extremidad superior izquierda, su "verdadera historia".


Valle-Inclán, que adoptaba entonces un semblante serio y adusto, melancólico, narró cómo en su estancia en un palacio de Galicia su sirviente le comunicó muy preocupado que se habían agotado todos los ingredientes disponibles para cocinar un estofado. Después de estudiar una situación tan delicada, le pidió que trajera un cuchillo carnicero de la cocina. Así, remangó su camisa, estiró el brazo y exclamó: «¡Corta un buen trozo de esto!». «En esta casa nunca va a faltar la comida», apuntilló. Las distintas reacciones se repartieron entre quienes, boquiabiertos, llegaron a creerse tal fanfarronada y los que, conscientes de la imaginación del escritor, intercambiaron carcajadas como en la ocasión que dijo que le mordió un león o en la que fantaseó con una pelea contra el bandido mexicano Quirico.

Único en su especie; Ramón María de Valle Inclán!!!


Os dejo con una frase, sobre Valle Inclán, del mismo Juan Ramón Jiménez ;

"Ramón del Valle Inclán era un celta auténtico. Como sus contemporáneos, los mejores escritores celtas de Irlanda, George Moore, A. E. Synge, Yeats..."

ST!




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