Todo esto ha cautivado a aquellos que se han acercado a descubrir la poesía de esta mujer de vida breve pero literariamente intensa.
Realmente su vida fue misteriosa. Su personalidad inquieta y su obra fantástica.
Sus poemas eran premonitorios de una literatura moderna propia de otro siglo.
Su encuentro con las materias literarias y científicas tuvo lugar en la Academia de Amherst, donde fue una de las primeras alumnas inscritas en una institución que tuvo las puertas cerradas a las mujeres hasta 1838. Allí adquirió una sólida educación cultural, mucho más amplia que la mayoría de las chicas de su tiempo. En esta Academia, actualmente una de las mejores universidades de Estados Unidos, se encuentra un archivo digitalizado, de parte de su obra poética y epistolar.
He consultado este archivo a través de internet y he podido fotografiar alguna de las escrituras originales de esta autora, tan admirada por nuestro blog y por tantos millones de personas.
Sin duda refleja una personalidad sensible y meticulosa. Aprovechaba hasta el último espacio en blanco, esquinas de sobres, hojas de publicidad farmacéutica...
Recopiladas entre sus manuscritos, hojas de árboles otoñales disecadas.
Ella era una gran aficionada a la botánica.
Tachones en línea, letras espaciadas y redondeadas y algunos cambios de tipaje algo curiosos, guiones separatorios totalmente inconfundibles en su obra.
Los últimos años, vestida de blanco, se aisló del mundo exterior en su propio universo.
Se habla de Agorafobia, se habla de Asperger etc etc ...
Lo cierto y verdad es que era una mujer tan sensible que se adelantó a su tiempo.
Me imagino sus pensamientos y reflexiones para con la época en la que tuvo que vivir. No me extraña su reclusión. No me sorprende su actitud.
Era un genio. Una mujer que veía más allá de la ventana que tenía en su dormitorio.
Decidió no luchar contra lo imposible.
Escribir y nada más.
ST!!!!
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