lunes, 29 de julio de 2013

Esas tardes bien que las recuerdo. Juan Ramón Jiménez, chicharras y tomates maduros.

Hace unas horas, llegaron a la Casa de la calle Nueva, Moguer, un importante paquete de primeras ediciones de obras del Nobel Juan Ramón Jiménez.
Un ejemplar de Platero y yo, una primera edición de Canción, y una antología de Poesías escogidas.
El propio poeta hizo llegar, en un verano del 48, desde el exilio, a su pueblo natal, estas grandes obras, a modo de agradecimiento. Se había inaugurado la biblioteca.

Recuerdo muchas anécdotas del verano, pero tengo una grabada muy especialmente.

"Esas tardes bien que las recuerdo ...

Es verano. Tiempo de calurosas tardes y frescos amaneceres.
Las chicharras cantan a través de las ventanas siguiendo el compás de un instrumento que se me antojaba casi brujeril, la batidora. ;)
Mi madre, preparaba un suculento manjar.
Es la tradición de un pueblo, tarde de verano, gazpacho fresco y sabroso.
A esos soniquetes se le unía el dictado de mi padre.
A pesar de que a los niños se le hace largo escribir y estudiar en el verano, a mi me encantaba escuchar a mi padre leyendo "Platero y yo".

Es una gran suerte que mis padres fuesen maestros.
No hay nada mejor que esa bendita profesión.
Aunque no la comparto, pues no fue mi decisión en su momento, siempre la tengo en mi memoria. Y mis padres hicieron del magisterio una forma de vida.
Inculcaron valores a niños propios y ajenos, valores que todavía se recuerdan.
Mis hermanos siguieron su ejemplo.
Es una raza de docentes. Una familia de letras ... letras que forman palabras que ya no se escuchan, que ya no brillan en las mentes de nuestra pobre y maltratada sociedad ...

Las palabras en la voz de mi padre, se unían tejiendo estrofas de interminables sentimientos.
Juan Ramón Jiménez era y será siempre un genio, un instrumento de enseñanza y de puro amor al pueblo andaluz.

Esas tardes bien que las recuerdo ..."

Recomiendo la lectura de esta obra.
Es una buena época para hacerlo.
Para mayores y pequeños.
Y además, sí puede ser, aconsejo la visita a su pueblo.
Existe un lugar especial ...
El lugar donde descansan los "versos de calcio" del querido amigo de Juan Ramón.


"Fuentepiña" es como se denomina a la casa de campo situada a escasos dos kilómetros de la localidad de Moguer, en el paraje del mismo nombre y en la "Finca Santa Cruz de Vista Alegre".

La importancia de esta finca es capital en las obras del poeta Juan Ramón Jiménez, que la evoca continuamente en obras suyas como “Platero y yo”.

Tal vez por eso o por la belleza del lugar es por lo que Juan Ramón decidió enterrar a su amado Platero junto a la casa bajo el pino centenario.

"Esta tarde he ido con los niños a visitar la sepultura de Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo y paternal. En torno, abril había adornado la tierra húmeda de grandes lirios amarillos. Cantaban los chamarices allá arriba, en la cúpula verde, toda pintada de cenit azul, y su trino menudo, florido y reidor, se iba en el aire de oro de la tarde tibia, como un claro sueño de amor nuevo. Los niños, así que iban llegando, dejaban de gritar. Quietos y serios, sus ojos brillantes en mis ojos me llenaban de preguntas ansiosas. ¡Platero amigo¡ - le dije a la tierra-: si como pienso estás ahora en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes, ¿me habrás, quizá, olvidado? Platero, dime: ¿te acuerdas aún de mí? ……. “Platero y Yo” Cap. CXXXV"

Un saludo tierno y terrorífico a mi gran familia de la que también y a partir de este instante formas parte tú.











No hay comentarios:

Publicar un comentario