jueves, 21 de marzo de 2013

El ópalo maldito, de la monarquía española. El costurero de la reina,en Sevilla.

A modo de introducción, voy a contar un hecho curioso, en relación a esta magnífica piedra.
Después hablaremos de la joya en cuestión .
Para situarnos...

En el siglo XIX, un rumor originado por el cuento " Ana de Geirstein " de Walter Scott designaba al ópalo, portador de mala suerte, lo que nubló su fama intensamente.
Llega hasta los extremos, de que debe intervenir la monarquia inglesa,en el siglo XIX , para remediar lo que casi fue la destrucción del mercado del ópalo.
Anne of Geierstein de Sir Walter Scott, extendió una superstición, en virtud de la cual el ópalo traía mala suerte a aquellos que no hubieran nacido en octubre, que es al mismo tiempo, mes de los difuntos...

La protagonista de la novela, poseía un ópalo que se encendía adquiriendo un color rojo ardiente cuando ésta montaba en cólera y que se volvió gris pálido a su muerte.

Mito y realidad de una gema, que según la leyenda hindú...
“El eterno transformó a la mujer deseada por tres dioses en una nube mágica.
Brahama le dio el azul del cielo, Shiva el rojo del fuego y Visnú el resplandor del Sol, entonces se formó el ópalo”.
(Verso hindú anónimo).

Después, de esta breve introducción, con la que podéis intuir, que no se trata, de una piedra cualquiera... vamos a contar una historia muy especial.
Es especial, porque todo el mundo conoce la copla de María de las Mercedes y del rey Alfonso XII, y por supuesto, todo el mundo conoce la historia de amor de ambos, y el desenlace trágico de la misma relación.
Y por cierto, quien no vio la película española en su infancia? Película que por otro lado merece mención del género fantaterror !!!! Jajajajaja, y de la que por supuesto, no voy a hablar... No estamos tan locos!!! Jejejeje

En la monarquía española, existió un
ejemplar maldito que dicen provocó la
muerte de cinco herederos.

La leyenda dice que el rey Alfonso XII se enamoró perdidamente de la bellísima aristócrata italiana Virginia Doini, condesa de Castiglione, y que su amor fue correspondido, aunque en el último momento decidió casarse con su prima, María Mercedes de Orleans. Esto es lo primero que hay que destacar. La historia de amor con Mercedes, no era tan pura, al parecer... ummmmmm...
La despechada condesa, envió a la pareja un regalo de bodas, consistente en un magnífico ópalo engarzado en un enorme anillo, del oro más puro. Regalo que le hizo llegar en el mes de Octubre. Os acordáis ? Ninguno de los dos era tampoco nacido en dicho mes...

La novia, se mostró fascinada con la joya y logró convencer al incauto soberano para que se la pusiera en su dedo.

Murió a causa de un misterioso mal el 26 de junio de 1878, tan solo cinco meses después de la boda, en su lecho de muerte portaba dicho anillo.

Tras el funeral, Alfonso le regaló el anillo a su abuela, la reina María Cristina de Borbón-Nápoles, que murió poco después, el 22 de agosto.
A continuación, el anillo pasó a la hermana de Alfonso, la infanta María del Pilar, que falleció el 5 de agosto del año siguiente, aparentemente víctima de la misteriosa enfermedad que se había cobrado la vida de las otras dos mujeres.
Ya en la corte española, se hablaba del anillo. Eran demasiadas coincidencias.

María Cristina, la cuñada del rey, no era supersticiosa y adoraba esa joya.
Así que ni corta ni perezosa se queda con ella...
Y que ocurrió ?
Muerte segura...

Sintiéndose culpable y, tal vez, buscando en su sacrificio la manera de redimirse, el rey decidió lucir él mismo el anillo.
Murió a la temprana edad de 28 años, después de lo cual su viuda, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, embarazada del rey Alfonso XIII, hizo bendecirlo, engarzarlo en una cadena de oro y que se adornara con él el cuello de la imagen de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, lo que puso fin a la secuencia de muertes. Actualmente, la patrona de Madrid, posee la joya.

Más cositas...

Conocéis el costurero de la reina en Sevilla? Ese edificio tan coqueto que hace esquina con el parque María Luisa?, en el paseo de las delicias?...
Pues bien, este palacete,tiene relación con la historia.
Antonio de Orleans, Duque de Montpensier, se instala a vivir en el Palacio de San Telmo de Sevilla.
Los enormes jardines del Palacio serían adaptados conforme a los gustos románticos. En 1893 edifican en el área de los jardines cercana al Río Guadalquivir un pequeño castillete para el guarda, siendo el arquitecto Juan Talavera y de la Vega.
Es el primer edificio neomudéjar de Sevilla, pudiéndose apreciar el estilo árabe en los grandes ventanales.
En 1890 fallece el Duque de Montpensier y en 1893 su esposa, María Luisa de Orleans, cede los jardines del Palacio a la ciudad de Sevilla.
Los duques eran padres de Mercedes.
Ella era una niña enfermiza, que pasaba grandes ratos, perdida, en este palacete, de tal forma, que ya siendo reina, lo mandaría restaurar y decorar a su antojo, para pasar largos ratos en el y dedicarse a sus labores, como se decía antiguamente, sobre todo la costura, su gran pasión !!!

Como sabéis y he dicho antes, Mercedes muere, muy pronto.
Es un hecho constatado, que viaja a Sevilla antes de morir. Instalandose en este palacete, y portando dicho anillo.
Parece ser, que el rey la recoge de Sevilla y ya en Madrid muere definitivamente.


Estuvo el costurero de la Reina bajo el influjo de la maldad del anillo?
Que pensáis?

Bueno, el anillo existió y existe, y los hechos son los hechos... Jejeje
Os dejo reflexionar...

Así cuándo paséis por el costurero de la Reina, os acordáis de "el kiosko de la eskina" y del opalo maldito !!!
Me despido, esperando,que os haya gustado la historia...

La foto del colgante que os enseño es el original, tal como se engarzó posteriormente.

Saludos terroríficos !



















 


3 comentarios:

  1. En días nublados nos era bastante difícil volar a causa de la tendencia del cielo y la tierra nevada a fundirse en un místico vacío OPALESCENTE, sin horizonte perceptible que señalara la conjunción de uno y otra.

    H.P.Lovecraft. En las montañas de la locura.

    ResponderEliminar